El edificio de la Hermandad Castrense del Rocío de Tablada fue la parada del tranvía que unía Coria del Río con la base militar. Las dos ventanas que tiene dicho edificio estaban abiertas y al fondo había unos bancos de piedra donde los viajeros esperaban.

La sección de identificación actual y el control de acceso en su día no existían. Toda esa zona era pública y abierta a la ciudadanía de Sevilla. Las dos garitas que encontramos el acceso actual eran el único punto de control de Tablada con respecto al exterior.

La asesoría jurídica y la oficina de prevención de riesgos laborales era uno de los inmuebles primitivos y más característicos de Tablada. Fue en su día el botiquín del acuartelamiento y posteriormente albergó la farmacia militar. Justo al lado de este edificio puede observarse en el suelo un cuadrado con otro color de adoquín donde había una fuente con la imagen del Monumento a los Caídos que se encuentra actualmente frente a la Capilla. “Esa fuente estaba llena de nenúfares y peces de colores. Tablada era un paraíso, era como el parque de María Luisa”, cuenta Ramón.

Otra curiosidad que nos ha desvelado Ramón Ávila es que en Tablada había dos peluquerías (la norte y la sur) y ambas tenían un peluquero que se llamaba Rafael.

Otro edificio muy visitado en Tablada era el estanco, regentado por Rafael y Lola, donde todos los soldados que compraban allí adquirían la muñeca Wendolin. También tenía mucha popularidad la cantina norte. La parte izquierda era la propia cantina y la derecha la vivienda del que llevara el concesionario. Este era el centro de reunión de los soldados por las tardes.

Por último, Ramón nos explica que hay un solar en Tablada donde estaba construida una escuadrilla exactamente igual al Escuadrón de Instrucción o la otra escuadrilla que está encima del Comedor de Tropa actual. Dicho edificio no existe en la actualidad lamentablemente y en la entrada tenía un refugio antiaéreo.